He tardado unas cuantas semanas en escribir este post en la web para hacer la digestión correcta de mis resultados en el Campeonato de España Indoor 2019. La máxima competición española, a la que no falto desde el año 2016, se celebró en esta ocasión en Lloret de Mar (Cataluña), organizada de manera impecable por la Federación Catalana de Actividades Subacuáticas (FECDAS) y la propia Federación Española (FEDAS).
Como digo, pasadas estas semanas tras el campeonato, reconozco una enorme satisfacción. En absoluto estaba en mis cálculos lograr subir en tres ocasiones al podio. Barajaba, cierto, la posibilidad de estar entre los mejores en apnea estática (STA) y en dinámica con bialetas (DYN-BF), pero esos resultados dependían tanto de mí, como de las actuaciones de otros competidores que habían demostra muy buena forma durante la temporada. La no presencia del gran referente de la STA española, Aleix Segura, podría hacer pensar que el podio era más sencillo de alcanzar, pero la realidad fue la contraria ya que, a sabiendas de la ausencia del tricampeón del mundo, otros especialistas de la modalidad entrenaron con intensidad viendo la posibilidad de subirse a lo más alto. Los resultados demuestran que la competencia fue más dura que nunca y las medallas resultaron especialmente caras: cuatro apneístas superamos los 7 minutos y otros cuatro los 6 minutos (otros años, marcas ligeramente superiores a los 6 minutos eran suficientes para estar entre los tres mejores. En el 2019 el nivel medio ha sido más alto).
No niego que en competición, cuando tengo posibilidades de medalla, busco estrategia pura. Esto es anunciar marcas altas para conocer el resultado de quienes considero mis rivales deportivos. Así las cosas, cuando me tocaba el turno en STA, ya sabía que dos compañeros habían superado los 7 minutos y quedaban otros dos de los favoritos aún por participar. Visto el panorama, valoré plantarme en los 6’45», sumar con ello un buen número de puntos de cara a las clasificación por equipos y no arriesgar para seguir compitiendo en las demás modalidades. Pero la apnea fue bien, muy bien diría; especialmente cómoda. Me ví en condiciones óptimas para superar los 7 minutos y salir con un protocolo perfecto a los 7’04». En ese mismo momento era consciente de que el bronce se quedaba en mi bolsa y que el campeonato en sí ya había merecido la pena. Como siempre señalo, el trabajo de mi amiga y coach, Cristina Asín, fue absolutamente fundamental para llevarme en volandas hasta esta marca, que se fija igualmente como nuevo récord de Aragón (no puede ser récord nacional de Bélgica ya que para su homologación en competiciones fuera de territorio belga se requieren jueces internacionales y no fue el caso).
Antes de seguir con mi relato del campeonato, os dejo aquí el vídeo de la STA del Nacional y continúo debajo contandoos.
Cuando empiezas con una buena actuación un campeonato, luego todo es más sencillo. Te has quitado de encima mucha presión y la tranquilidad se impone a la hora de encarar las siguientes modalidades. Tocaba dinámica sin aletas (DNF), especialidad que personalmente disfruto mucho, pero en la que soy consciente de que hay compañeros en otras selecciones autonómicas mucho más fuertes que yo. Además, en este campeonato, la DNF se realizó en piscina de 50 metros y yo estoy habituado a entrenarla en vaso de 25. Esto me penaliza porque los impulsos en pared son fundamentales para mí ya que no soy precisamente un portento físico y, en una piscina larga, necesito más ciclos de nado por lo que la carga de láctico me hace sufrir. Quise ser prudente, hacer una buena marca para sumar puntos en la cuenta del equipo aragonés y quedar satisfecho. Pero esto de la apnea puede regalarte sorpresas y mi DNF de 133 metros (que ni siquiera es mi mejor marca personal en competición) sirvió para darme otra medalla de bronce. Sin duda, los errores de otros apneístas más fuertes que yo en esta modalidad me subieron al podio, pero en mi reflexión está el hecho de que una competición consiste en eso mismo: ser competitivo. Nunca se sabe cómo pueden irle las cosas a los demás y los fallos ajenos pueden beneficiarte. Así fue y me siento orgulloso de esta medalla de bronce, consciente igualmente de que estoy lejos de algunos de los favoritos que quedaron descalificados.
Con dos podios en el bolsillo, la segunda jornada del campeonato era para mí importante ya que tocaba dinámica con bialetas (DYN-BF). Era la primera vez que esta disciplina se separaba de la monoaleta y aquí sí que, en mis sueños más ambiciosos, valoraba la posibilidad de lograr el título de Campeón de España. Marqué 140 metros calculando que sería el último en salir y tener, por tanto, la información de las marcas ajenas. Así fue: al llegar mi turno, sabía que el oro estaba más allá de los 164 metros, cifra asequible para mí cuando estoy en plena forma (en el Mundial de Lignano llegué a los 177 metros). Pero cuando comencé mi actuación, pronto me dí cuenta de que la falta de entreno físico esta temporada iba a pasarme factura. La acumulación de láctico llegó demasiado pronto, antes incluso de los 100 metros. Así las cosas, era consciente de que tenía apnea para seguir, pero que mi aleteo estaba siendo poco eficiente e iba a gastar energías (y por tanto 02) si arriesgaba intentando alcanzar a los dos primeros. A los 125 metros ya no aleteaba, sino que prácticamente «pedaleaba» y decidí asegurar otro bronce saliendo tras el giro y marcando 151 metros. ¿Fuí conservador? Probablemente, pero no sé cómo hubiera salido del agua en caso de meterle 15 metros más a mi marca. ¡Pájaro en mano!
Como conclusión: estoy feliz. No es un secreto que mi temporada ha sido discreta y apenas he competido por tener un curso complicado a nivel particular. Mi balance, por tanto, es muy positivo ya que, visto con perspectiva, me hice con una medalla cada vez que me metí en el agua (tres apneas, tres preseas). Una de mis ambiciones como apneísta es ser lo más completo posible dentro de las modalidades que manejo y en este Campeonato de España he sido competitivo en las tres: STA, DNF y DYN-BF. Por tanto, estoy muy contento con mi rendimiento.
También estoy especialmente orgulloso de mis compañeros de la selección aragonesa. Entre los ocho (Cris Asín, Javier Asín, Sofía San Vicente, Federico Scarscelli, Asier Llaguno, Mario Mingo, Marcos Ruiz y yo mismo) sumamos puntos para alcanzar el cuarto puesto y estuvimos luchando en todo momento con Cantabria para ocupar el tercer cajón del podio por equipos. Pero Cantabria se llevó el gato al agua con todos los merecimientos.
Para terminar, hago notar que en este relato no he mencionado el nombre de otros apneístas con los que he pujado en este campeonato. Lo hago por respeto hacia ellos ya que yo no soy nadie para valorar sus actuaciones (hayan sido buenas o menos buenas). Son ellos quienes deben hacer su balance y contarlo (o no). No puedo poner en mi boca (teclado en este caso) si sus actuaciones han sido mejores o peores.
La temporada no ha terminado aquí para mí. A finales de junio, participaré en el Campeonato de Europa CMAS que se celebrará en Turquía ya que la Federación Belga ha vuelto a convocarme para formar parte de la Selección. Es un orgullo y un reto de nuevo ser internacional tras ser llamado también el año pasado para el Mundial. No me pongo metas aún de cara a la competición continental, de momento toca entrenar para llegar a Estambul en la mejor forma posible.